Patrimonio

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En Manzanares encontraremos singulares monumentos. El centro neurálgico de la ciudad es la Plaza de la Constitución, cerrada por un lado por la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVI, con una bella portada plateresca, frente a la cual encontramos el Ayuntamiento, proyectado en el primer tercio del siglo XX, por el arquitecto provincial Telmo Sánchez. 

Tomando la calle del Carmen, nos encaminamos hacia el edificio más antiguo de la localidad, el Castillo de Pilas Bonas del siglo XIII, restaurado, encontrando a mitad de camino el Centro Cultural “Ciega de Manzanares”, donde está ubicado el Museo del diseñador manzanareño Manuel Piña, mostrando la perfecta integración de una tradicional casa solariega manchega con la modernidad. A la derecha de dicha calle podemos iniciar un singular recorrido por el Manzanares Medieval, un irregular trazado de calles y callejuelas, con casas aún encaladas. En otra de las casas solariegas, cerca del Centro Cultural "Ciega de Manzanares", se ubica el Museo del Queso Manchego.

Desde la Plaza también podemos dirigirnos hacia la calle Empedrada, donde encontramos algunas casas Modernistas con estilizados balcones. Ésta es una calle cerrada al tráfico por donde podemos pasear contemplando numerosos comercios, para después tomar la calle Toledo que nos lleva a la plaza del Gran Teatro, edificio de reciente construcción, réplica de otro anterior, construido en 1910. Cuenta esta plaza con numerosos jardines y con la parroquia de Nuestra Señora de Altagracia, moderno templo que vino a sustituir a una anterior ermita, desaparecida en la Guerra Civil. 

Si en lugar de ello queremos conocer las ermitas de la localidad, debemos tomar la calle Jesús del Perdón, donde varios edificios merecen la pena ser visitados: la ermita de la Veracruz, de comienzos del siglo XVII, restaurada, donde se encuentra la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, patrón de la localidad, cuya fiesta se celebra el 14 de septiembre. No muy lejos de ella, se halla la ermita de San Antón, edificio exento que ya existía en el siglo XVI, remodelado en el XVIII, mientras que a unos cien metros se levanta la ermita de Nuestra Señora de la Paz, antigua Santa Quiteria, del siglo XVI, bello ejemplo de la arquitectura religiosa popular. 

Por la calle de la Cárcel, nos dirigimos a los paseos del Río, en cuyas proximidades encontramos la que fuera fábrica de harinas, edificio neomudéjar de finales del siglo XIX. Construido todo prácticamente de ladrillo es junto a las torres alcoholeras de la desaparecida empresa Larios, lo que queda de arqueología industrial en la ciudad.

 

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