Las Lagunas de Ruidera, en el Alto Valle del Río Guadiana, se consideran uno de los espacios naturales húmedos más interesantes y bellos de la Península. Se caracteriza por las caídas de agua que engarzan unas lagunas con otras. Consta de un total de quince lagunas unidas entre sí por arroyos, torrentes, cascadas o emisarios subterráneos. Las lagunas son el drenaje natural del Acuífero 24, ubicado bajo buena parte del Campo de Montiel. La superficie de las lagunas no es grande, salvo alguna excepción (lagunas San Pedra, Colgada y del Rey). Su profundidad es variable en función de la climatología. Las más altas pueden secarse durante el estío.

El rosario de lagunas que componen el conjunto se encuadra en un tramo angosto del Alto Valle del Guadiana y se forma a consecuencia de dos factores: la impermeabilidad de las arcillas que afloran en este punto del fondo del valle impidiendo la continuidad de la circulación subterránea, y la presencia de barreras naturales tobáceas o travertínicas, formadas por la precipitación de los carbonatos disueltos en las aguas del río y por elementos vegetales. Estas barreras surgen a modo de presas en aquellos lugares del lecho en donde existieron alteraciones causantes de turbulencias en el agua y, por tanto, de un incremento de los procesos de oxigenación y precipitación de los elementos disueltos. Las barreras tobáceas, que se componen de sales y capas de musgos petrificados, llegan a alcanzar espesores de más de 15 metros, formando viseras y cortinas. Estas barreras no son estáticas, sino que se forman y se destruyen armónicamente siempre que el proceso no sea interferido por la acción humana.

En cuanto a su morfología, estas lagunas nacen a 880 metros de altitud sobre el nivel del mar (Laguna Blanca) y terminan a 760 metros (La Cenagosa). Salvan, por tanto, un desnivel de 120 metros. De la más alta a la más baja, las lagunas se denominan: Blanca, Conceja, Tomilla, Tinaja, San Pedro, Redondilla, Lengua, Salvadora, Santos Morcillo, Batana, Colgada, del Rey, Cueva Morenilla, Coladilla y Cenagosa. Se extienden a lo largo de 25 kilómetros y generan una pendiente del 0,5%, muriendo sus aguas en el embalse de Peñarroya. Su diámetro oscila entre los 250 y los 2.500 metros. Con una profundidad media de unos 6 metros, algunas lagunas como la del Rey y La Colgada pueden llegar a los 20-30 metros.