Descripción
Esta ruta libre se sale de los límites del Parque Nacional de las Tablas y no está organizada por las autoridades del Parque.
El recorrido es ideal para hacerlo en bicicleta de montaña y se prolonga durante 52 kilómetros aproximadamente. Discurre por caminos vecinales de tierra, en su mayoría llanos, junto a las vegas de los ríos Azuer y Guadiana, por el borde meridional del Parque Nacional. Si nos decidimos a viajar por él, atravesaremos campos de labor en los que habitan aves esteparias en peligro de extinción (sisones y alcaravanes, principalmente). Además, en el bello marco de colores que te ofrece el paisaje manchego, visitaremos los importantes molinos hidráulicos emplazados en la zona, varios de ellos restaurados.
El recorrido comienza abandonando Daimiel en dirección al molino de la Máquina (7.600 m), próximo a la confluencia del Guadiana y el Azuer, que conserva dos grandes muelas. El entorno es un extraño paraje. Debido al descenso de los niveles freáticos por sobreexplotación del Acuífero se han producido hundimientos recientes de los niveles superficiales que antes constituían el lecho del río, conformándose un paisaje muy peculiar.
Al oeste del molino, tomando el camino de Moledores, se llega al Molino Nuevo, que está prácticamente derruido (2.700 m). Tras esta parada se alcanza el Molino de Griñón (2.300 m), que sí conserva buena parte de su estructura.
A continuación, en el espectacular molino de Molemocho (4.100 m) se inicia el desbordamiento del río Guadiana (es decir, las Tablas de Daimiel). En este punto, tenemos que cruzar el río para llegar hasta el límite meridional del Parque, el cual bordearemos en dirección al molino de Puente Navarro (7.900 m). Allí podremos ver parte de su estructura. Sus propietarios viven en la casa de al lado regentando un bar típico donde poder almorzar. La imponente edificación cercana es la antigua casa de los Guardas de Zacatena.
La ruta continúa hacia el Molino de Flor de Ribera (3.900 m) en la frontera con el término municipal de Torralba de Calatrava, para continuar en dirección al Santuario de Nuestra Señora de las Cruces (6.000 m). Una espesa arboleda nos permitirá refrescarnos en verano antes de emprender el camino de retorno hacia Daimiel, a través del camino Viejo de Ciudad Real y cruzando la zona volcánica de las Tiñosas (17.600 m).