El entorno de Las Tablas: de Puerto Lápice a Membrilla.

Rutas y senderos

Descripción

La presente ruta, propuesta para realizar en coche, sugiere un recorrido por la historia y naturaleza de la comarca en plena Mancha. 

Por una parte, la ruta propone un viaje fascinante por las tierras que cautivaron a Cervantes y que sirvieron de escenario a las aventuras del insigne hidalgo. Por otra, pretende romper con la idea de secano y monotonía que tantas veces se asocia con la tierra castellano-manchega, gracias a la continua presencia del agua. 

En este viaje descubriremos, además de los tesoros de la naturaleza, puentes, molinos, ventas y otros enclaves que nos ayudarán a interpretar la historia de este territorio. 

La ruta parte de Puerto Lápice, puerta de entrada a la comarca, donde nos espera su singular plaza manchega muy bien conservada, con dos alturas de soportales de madera pintados en almagre, el color rojizo típico de La Mancha. En su centro se ha restaurado una noria, gracias a la cual veremos de cerca todos los elementos que componen este antiquísimo ingenio para captar agua del Acuífero.
 
Cerca de este centro neurálgico de la vida del pueblo se halla la Venta de Don Quijote, construida en el siglo XVIII y donde se fija una de las mejores aventuras de la segunda salida del Quijote. 

Las ventas eran parada obligatoria de los viajeros que pasaban por estas tierras, encontrando alojamiento y comida. No se puede abandonar Puerto Lápice sin visitar los molinos de viento construidos sobre el pueblo, testigos silenciosos del tiempo. Debes apreciar su estructura al tiempo que disfrutar de la vista de una vasta extensión de territorio: Toledo al norte y Ciudad Real al sur. 

Continuando el itinerario llegaremos a Villarta de San Juan, donde se ha logrado crear en torno a su antiguo puente romano (el segundo en España en longitud) un paseo fluvial que, además, es el punto de partida de una ruta de senderismo hasta Herencia. 

En este municipio destaca, en su arquitectura religiosa, la iglesia de San Juan Bautista, perteneciente al gótico tardío, pudiéndose admirar otros edificios civiles de finales del siglo XIX o principios del siglo XX. Mención especial requieren La Casona, la Torre del Reloj o la Fábrica de Los Isla. 

Siguiendo el curso del río Gigüela, llegaremos a Arenas de San Juan, en cuya localidad se debe visitar su iglesia de Sta. María de las Angustias, de estilo mudéjar y donde se conservan los frescos románicos más meridionales de los hallados en Europa, o su parque fluvial, donde podrás descansar o pasear. 

El próximo municipio a visitar es el de Las Labores. Surgió a finales de la Edad Media cuando los jornaleros procedentes de Arenas de San Juan y Villarrubia de los Ojos que trabajaban estas feroces tierras durante todo el año deciden asentarse y construir una aldea. Aquí podremos descansar en alojamientos rurales que han utilizado como base antiguas casas de labranza rehabilitadas. 

Destaca su iglesia de Ntra. Sra. del Sagrario, del siglo XVII, y las denominadas quinterías (similares a un cortijo) que son ejemplos de arquitectura popular y reflejo de una época agraria. Algunas de estas antiguas casas de labranzas han sido rehabilitadas y actualmente son alojamientos rurales en los que podrás descansar. 

El próximo destino es Villarrubia de los Ojos, municipio ubicado de manera especial en las estribaciones de los Montes de Toledo, en el que pararemos a visitar su reciente museo etnográfico y alcanzaremos el mirador de San Cristóbal. Desde lo alto de la sierra gozaremos de unas magníficas vistas de Las Tablas y de toda la llanura manchega. 

El municipio, además de su privilegiado enclave, conserva edificios religiosos como la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de la Asunción y el Convento Iglesia de las Monjas Clarisas. La Casa Sánchez Jijón, del siglo XVIII, tiene la estructura típica de las casas solariegas. 

El viejo edificio del santuario de la Virgen de la Sierra y su entorno forman un conjunto muy interesante de gran belleza, ofreciendo una de las vistas más espectaculares de Las Tablas. 

El camino continua hacia Daimiel, antesala del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. Dentro del casco urbano de Daimiel nos espera el Centro de Interpretación del Agua, dedicado íntegramente a los humedales manchegos y el Museo Comarcal, que recoge la historia y costumbres de Daimiel y su entorno. 

En el patrimonio de arquitectura religiosa destaca la Iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico ojival, la iglesia de San Pedro Apóstol y la ermita de Ntra. Sra. de la Paz. 

La Plaza de España, de trazado popular manchego, tiene en uno de sus extremos el olivo milenario, convertido en una de las señas de identidad del municipio. 

El siguiente hito en nuestro camino es la Motilla del Azuer, aldea prehistórica que se fortificó para proteger silos, cabañas y, espectacularmente, uno de los pozos de agua más antiguos de la Península Ibérica (Es visitable durante la campaña de excavaciones, contactando con la Oficina de Turismmo de Daimiel). 

Pasamos de largo por el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y alcanzamos Manzanares, centro estratégico de comunicaciones y servicios de la comarca. Allí podremos comer y alojarnos en lugares notables, como son el Parador Nacional o el castillo medieval de Pilas Bonas (fortaleza calatrava del siglo XIII rehabilitada para usos hosteleros). 

En su casco viejo y sus callejuelas nos encontraremos con el Ayuntamiento, la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, la ermita de la Veracruz, la ermita de San Antón, la antigua Fábrica de Harinas y algunas casas señoriales con fachadas de gran valor como son la Casa del Santo o la Casa del Marqués de Salinas. 

Desviándonos de la ruta podremos visitar el municipio de Llanos, recientemente independizado de Manzanares. Se trata de un interesante ejemplo de los poblados de colonización franquistas construidos durante la década de los cincuenta y sesenta. Este pueblo de diseño forma un conjunto arquitectónico muy interesante. El trazado lineal y la blancura de sus fachadas prestan una uniformidad que poco tiene que ver con sus moradores, provenientes de las más diversas localidades y cargados con el acervo cultural de sus orígenes. 

La última parada de nuestra ruta es Membrilla, en cuyo municipio está el Parque Cultural de Los Molinos. El antiguo molino de agua de El Rezuelo, perfectamente reconstruido, incluida su maquinaria original, nos permitirá retroceder en el tiempo y entender mejor el pasado más reciente de la molienda. A través de paneles interpretativos se recrea una época en la que el río Azuer daba vida a los molinos. 

Antes de finalizar la ruta podemos visitar la ermita de la Virgen del Espino o la iglesia parroquial de Santiago El Mayor, cuya existencia data del siglo XV.