Descripción
Justo detrás de la ermita de San Pedro se abre un camino en cuesta bastante empinada, conocida como cuesta de la Almagra, que finaliza en un pequeño rellano que da paso a un arbolado, tras el cual, en un claro, aparece la cueva.
Pese a ser corto, el itinerario nos muestra una serie de detalles que no podemos dejar pasar. En primer lugar, la mencionada cuesta de la Almagra, denominada así por el color rojo de la roca, que forma parte del roquedo más antiguo del Parque formado hace más de 200 años cuando no existían las lagunas.
Posteriormente vemos la huella de un pozo, reflejo de un intento de explotación minera de manganeso que no progresó.
El siguiente punto de interés son las piedras de sillería donde descansa la imagen de san Pedro en la romería del domingo de Resurrección que parte desde la ermita hasta la localidad de Ossa de Montiel.
Otra curiosidad de la ruta es la coincidencia, en parte, con el camino de los bataneros, fruto del antiguo acarreo de paños para abatanar (proceso de eliminación de la grasa y dar cuerpo a los paños de lana mediante el golpeo o batido) entre las lagunas y los centros textiles, que coincide en parte con nuestra senda. En la obra del Quijote, el ruido de estos engendros mecánicos asustó a sus protagonistas.
Finaliza el itinerario en la cueva de Montesinos, presente en la literatura de Cervantes, en uno de los episodios del Quijote. La cueva, donde conviven cuatro especies diferentes de murciélagos, es una modesta cavidad generada por la disolución de las rocas calizas, con 50 metros de recorrido y 18 metros de profundidad.