Las Lagunas de Ruidera y su entorno: de La Solana a Argamasilla de Alba.

Rutas y senderos

Descripción

La ruta que le proponemos -para realizar en coche- puede hacerse como continuación a la propuesta del entorno de Las Tablas: de Puerto Lápice a Membrilla. 

La ruta nos conduce por una serie de poblaciones que conservan una gran riqueza urbanística y monumental, varias de ellas de gran tradición cervantina y quijotesca. Desde el punto de vista paisajístico se recorrerán espacios naturales de reconocido valor ecológico rompiendo la rigidez de la llanura manchega, como es el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. 

En este viaje descubriremos plazas, puentes, batanes, castillos, espacios naturales y otros enclaves que te ayudarán a comprender el territorio. 

El punto de partida se encuentra en la Plaza Mayor de La Solana, con la Iglesia de Santa Catalina y su Torre Catedralicia, catalogada Bien de Interés Cultural. La plaza está formada por edificios de varias épocas y diferentes estilos y alturas. Su reciente restauración aporta una belleza policromática que merece la pena disfrutar. Justo al lado de la plaza se encuentra la Casa Don Diego, antiguo Palacio de los Condes de Casa Valiente, hoy Centro Cultural en el que se encuentra la Oficina de Turismo. Muy cerca está la Casa de la Encomienda donde sorprende su torre santiaguista. 

Cerca de la plaza se sitúa también el Convento de las madres Dominicas, fundado a finales del siglo XVI y, actualmente habitado por las religiosas en régimen de clausura, famosas por la elaboración de unos dulces de antigua receta, llamados "suspiros de monja" que preparan en acontecimientos señalados. 

De gran interés arquitectónico son las casas nobles que se ubican en su casco urbano y que dan testimonio de su origen. En el entorno del municipio está el pantano de Vallehermoso, un remanso de agua con buenas panorámicas. 

Desde La Solana continuamos hasta la vecina localidad de San Carlos del Valle. El camino obliga a ir despacio, observando gradualmente su aparición en el horizonte pues, se percibe la sensación de emerger de las propias entrañas de la tierra y los montes que lo flanquean. El milagro es aún mayor cuando llegamos a su casco histórico y su afamada plaza. Fue construida en el siglo XVIII y, creada como atrio de la espléndida iglesia del Santísimo Cristo del Valle, único ejemplo del barroco tardío de la provincia. 

Continuamos con la ruta hacia Alhambra, una antigua ciudad fortificada ibero-romana, poblada de forma continuada desde la Edad del Bronce hasta nuestros días. En época romana era citada por las fuentes clásicas con el nombre de Laminium. De este momento son varias esculturas de mármol musealizadas en la localidad. Alhambra está rodeada de varias necrópolis y recientemente se han realizado excavaciones dentro del antiguo oppidum, en el interior de la actual Iglesia Parroquial. Siendo habitual que los sitios sacros se perpetúen a lo largo del tiempo, e probable que se trate del antiguo templo romano o de un lugar muy próximo al foro. Es necesario acercarse hasta su coqueto museo (visitable con cita previa en el ayuntamiento) y por supuesto, acceder a sus miradores, que permiten observar las mejores vistas del Campo de Montiel. 

Continuando por la carretera de Albacete, en dirección a las Lagunas de Ruidera, desviándote hacia Carrizosa pregunta por las cuevas de Quintería y por el arroyo de Los Toriles o pasea por los tramos acondicionados de la ruta del Quijote. En la Plaza Mayor del municipio merece la pena visitar la Iglesia Parroquial de Sta. Catalina, edificada en cal y canto. 

Retomando la ruta llegamos a Ruidera, donde se encuentra el Centro de Visitantes del Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera. 

Unos 12 km antes de llegar a Argamasilla de Alba, junto a la presa del pantano, se encuentra el castillo y santuario de Peñarroya. El embalse es el encargado de acumular el excedente de agua de las Lagunas de Ruidera y, desde el castillo, de origen musulmán, se tienen unas atractivas vistas de su entorno. 

La ruta llega a su fin en Argamasilla de Alba, identificado como el Lugar de La Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse. 

Aquí se encuentra la cueva de Medrano, que la tradición señala como la prisión en la que Miguel de Cervantes concibió y empezó a alumbrar la inmortal obra de El Quijote. Hoy en día es centro cultural y punto de información turística. 

La visita a la iglesia parroquial de San Juan Bautista merece la pena por el valor arquitectónico, especialmente de su parte inacabada, conocida como El Descubierto, pero, sobre todo, por guardar el cuadro exvoto, fechado en 1601 y donado por don Rodrigo de Pacheco, cuya imagen pudo servir a Cervantes de inspiración para su don Quijote.